sábado, 2 de agosto de 2008

El Remisero Del Año

Por motivos laborales debía viajar al barrio La Gárgola en el partido de Monte Chingolo, centro neurálgico del Conurbano Bonaerense. Motivo y tela para cortar en otro capitulo es la travesía en el tren Roca, lo realmente interesante es la aventura que viví desde la estación hasta el lugar en el que tenía que efectuar el trámite. Como el organismo estaba alejado unas 40 cuadras de donde yo estaba, decidí tomar un remís, y la odisea por conseguir uno fue nefasta. Rebotado como si fuera un delincuente en cada agencia a la que ingresaba, con el fútil argumento de que sólo hacían viajes por pedidos previos de clientes, y topándome con Marito, el Ciruja; decano de los remiseros de la zona, quién con su más cálida sonrisa que carece de su premolar, y ante mi insistencia por que me lleve a destino, me dijo: “Hermano, este es otro país….Usted no tendría que haber venido por acá…” Desahuciado por la situación, tomé rumbo hacía la estación, cuando en un aparente callejón sin salida, encontré otra agencia por la que no había pasado, y perdido por perdido, entré a preguntar. Fue allí cuando conocí a Rolando Piombo Martínez, quién sin dudarlo y a pesar de que era la hora de la comida, se dirigió a su 504 blanco del año 68 y se aprestó a hacer su trabajo. Ni bien hicimos dos cuadras, me preguntó como tenía que hacer para llegar, y como yo no tenía ni idea, paró el auto y me dejó sólo allí, volviendo él a pie a preguntar en la Agencia, y despreocupado por si yo era un maleante o no que le robaría el vehículo.
Volvió al rato con una Filcar, me la pasó y descubrí que le faltaban más de 30 hojas. Me dijo que no me preocupe que le preguntaríamos a alguien. Al rato, paró y llamó con gestos y señales a un obeso, que obvio no se acercó, y debió ir hacia él. Ya informados de la ruta a seguir, me informó que ese día era su debut en el rubro, por eso no sabía nada de nada. Mi temor se acrecentó. El motor decidió parar y Piombo y yo tuvimos que empujar el auto hasta que volvió a arrancar. Ya era tarde para el trámite, y le pedí que me devolviera a la estación. Como él no almorzó, me invitó a comer a la casa, decidí aceptar el convite, y deleitarme con las historias de este pintoresco personaje. Sin dudas, por antecedentes, carisma, prestancia y mucho más, Rolando Piombo Martínez es el Remisero del año. A la Marosca¡¡¡¡

4 comentarios:

Anónimo dijo...

eh viejaaa...siempre diciendo que provincia es un desastre y todo eso...que te pasa??? cagon puto gorrra, seguro que sos un blanquito oligarca de palermo...

Anónimo dijo...

Señor Negrosso...Aprenda a leer, yo no dije eso, lo dijo el señor Remisero llamado Marito el Ciruja.. Le pondré un bozal legal.

Anónimo dijo...

ahora que volvió el comandante me parece que van a tener que ajustar la encuesta.....
ah me olvidaba: los que escriben aca son todos comilones con el culo roto y desgarro anal profundo...PUTOSSSSSS!!!!!

Anónimo dijo...

El comandante no volvió....El comadante no volvió... Y no volverá. Hay que hacer limpieza de ciertos personajes, se va a pique todo sino. Gracias Totales¡¡¡