¡MALDITOS REMATES!

Se sabe que para hacer contar chistes hay que tener en cuenta muchas cuestiones, algunas objetivas: donde, cuando, como, que, para quienes. Después hay una cuestión subjetiva: quién lo cuenta.
Los primeros elementos con un poco de inteligencia y picardia, son obstáculos que se pueden sortear.
El segundo es insalvable: se puede practicar y tener las mejores intenciones, pero si la persona no “trae” humor, chispa, gracia, ridiculez, etc….. es imposible.
Siempre fui un analista de los chistes y del humor. Hasta llegue a intentar crear una especie de frases –imaginados como grafitis- para la ocasión del atentado contra las torres gemelas, alla por el 2001:
“NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA” (el dueño de una casa funeraria en Nueva York)
“ESCRIBIR UN LIBRO,
PLANTAR UN ARBOL,
TENER UN HIJO,
ESTRELLAR UN AVION” (dijo un fundamentalista árabe)
“MAS CONTENTO QUE ARABE CON AVIóN NUEVO”
“ME SIENTO TRAICIONADO POR LOS TALIBANES” (dijo RAMBO)
“EN NUEVA YORK LA GENTE ES DEMASIADO BUENA: TE DAN LA MANO Y YO LES AGARRABA EL CODO...EL DEDO, EL OJO EL HOMBRO, LA PIERNA” (dijo un socorrista)

Por eso, tomando la posta de Rod Conti, y para ir practicando, propongo el inicio de unos chistes, los que deben ser rematados:

1).- “Un tipo va a un mercado y le dice al vendedor: "Oye, dame un rollo de papel higiénico." El vendedor le pregunta: "¿Lo quiere con doble hoja?" Y el tipo le contesta: …”

2).-“ Al servicio de emergencia médica de una localidad balnearia llama desesperado un turista:
- ¡Ayúdenme! ¡Me quedé dormido al sol boca arriba en la playa y ahora estoy todo quemado! ¿Qué puedo hacer?:…”